Bueno, pero ya mucha introducción.
Imagínense una pared hecha con una gran variedad de instrumentos. Dentro de los soportes se podían apreciar tambores, congas, un xilófono, shakers, platillos. A los lados, una estructura con frascos llenos de líquido, cada uno con una cantidad precisa y afinada con las notas de la escala temperada. Adelante unas marimbas, un piano y unas estructuras metálicas con unas tuercas giratorias. Después de tener un momento de contemplar el montaje, y ver sólo a Pat en tarima, la gran impresión es ver cómo de repente todos esos instrumentos empiezan a sonar por su cuenta, con Pat tejiendo sus melodías entre el acompañamiento y la increíble orquestación automatizada detrás de él. Suena, en efecto, como una orquesta. Pasajes y melodías rápidas, líneas de percusión elaboradas, todo sonando como un gran bloque. Cada instrumento ejecutando las ideas de este gran guitarrista. Simplemente deslumbrante.
Los pensamientos iniciales de uno se vuelven hacia la automatización y el trabajo que debió haber supuesto dicho ensamblaje. Pero es difícil apartar el oído de la belleza musical que este artista propone. Cada instrumento está cumpliendo su función dentro del concepto de la obra musical. El montaje técnico no es el show en sí mismo, sino que es el efectivo mecanismo usado por el señor Metheny para presentar su música. La música crece dentro de la orquesta robótica, que a su vez se presta para la ejecución de las piezas. Una verdadera maravilla a decir verdad.
Pero en este punto uno podría decir que con músicos de verdad se podría haber logrado el mismo o inclusive un mejor sonido. Yo no podría estar de acuerdo. Pero es más adelante que pude vislumbrar cual es la verdadera magia de todo. Después de haber ejecutado casi todo el disco que promociona, Pat empieza a explicar cómo funciona todo. Como ingeniero y músico, mi mente no dejaba de debatirse entre adivinar qué pasaba tanto musicalmente como físicamente. Pat lo confirmó: la magia de los solenoides. Estos dispositivos son elementales para convertir señales eléctricas en respuestas mecánicas. Después de eso, es coser y cantar (con muchos pedales, interfaces MIDI, programas de audio, etc.). Bueno, no tanto coser y cantar, pero simplemente es el mismo principio básico usado al secuenciar música digital, sólo que el sonido esta vez es real.
Luego vino el núcleo de la idea. Cada instrumento no sólo está conectado a la computadora, sino que puede comunicarse con la guitarra de Metheny mediante una interfaz MIDI (increíblemente útil al momento de componer). Esto lo demostró al componer en el instante una pieza musical, haciendo overdubbing de sí mismo (graba una secuencia, la pone en repetición y vuelve a grabar), sólo que cada vez que grababa una nueva parte, asignaba su guitarra a otro instrumento, y ahí está el queso de la tostada. Todo el desarrollo tecnológico, que parece ser sacado directo del género steampunk, le permite a Pat controlar cada nota en cada instrumento. Esto va más allá del papel y del lapiz, pues aquí está la garantía de que Pat fue el ejecutante de cada nota que llega a nuestros oídos. La herramienta de composición tiene un valor increíble, pues le brinda al compositor una traducción directa entre su instrumento principal y para el quiere escribir. La herramienta como presentación en vivo también tiene su interés, pues al final sabes que todo lo que escuchas fue tocado por el mismo artista. Es la redefinición del One Man Band.
Esta propuesta tecnológica-musical trae consigo tantas posibilidades y cosas nuevas al género y las logra hacer válidas debido a su cuidado en la ejecución. Un gran problema con los instrumentos automatizados siempre ha sido la escasez de dinámicas (forte, piano, mezzopiano, etc..). La rigurosa construcción de estos instrumentos bajo la meticulosidad musical de Pat le dan un rango bastante impresionante de ejecución a los mismos. Escuchando el CD, uno puede llegar a olvidar que son robots, salvo ciertos pasajes que ponen en evidencia que queda mucho trabajo por hacer, tanto a nivel musical como a nivel tecnológico. Pat mismo dice que el escribió pensando en las aptitudes de los robots, los cuales también tendrán que ser mejorados para ampliar las posibilidades de uso.
Con todo esto no estoy diciendo que este sea el futuro de la música. Para nada. El alma del músico no se puede ni cuantificar ni discretizar. Siempre estará ese parámetro que ninguna fórmula logrará deducir. Sin embargo, con esto se puede traducir y replicar el alma de un músico y lo que quiere decir. Claro, como en todo proceso físico, siempre habrán pérdidas no deseadas al momento de transformar la energía. Es cuestión de aprovechar las posibilidades y explotarlas en función de la creatividad y del arte, que al final, es lo que es la música.
Si les interesó la propuesta y mis apreciaciones, aquí les dejo el link a un video donde se resume la filosofía tras todo este proceso, incluyendo la historia y las motivaciones del artista.
http://www.youtube.com/watch?v=9VymAn8QJNQ
Espero no haberlos aburrido
Saludos
!!!!!!!!! ..... excelente post man....
ReplyDeletePD: puedes poner videos directamente en el blog si copias en youtube la casilla que dice embeded (arriba o abajo de donde copias el URL en el info del video).